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Palpo la pared, sé que hay salida.
En algún lugar habrá una puerta,
una ventana,
un agujero,
un físico traspiés,
un no sé qué de imaginario tongo...
Respirando, vivo vida.
Vida viva, ¿vida muerta?
Blanca la cana,
el pelo al cero, cabello cienpiés,
me toco la calva, un hongo.
Existo, estoy en la ida,
vivo, peleo la entuerta,
me canto una nana.
De agua, busco un venero...
Ácida, Malquerida la huida,
espero quieto y espero,
siempre ahí; siempre aquí.
En la espera, espero y espero.
siempre ahí; siempre aquí.
En la espera, espero y espero.
Leer a Calleja es siempre llegar al misterio. Al duende.
ResponderEliminarTe quiero.
Eliminar¡Muero! Lo he leído mil veces mientras escucho las melodías de mi tierra. Eres muy amable Pepe, gracias por no olvidarme.
ResponderEliminarMi agradecimiento eterno.
Me da gusto leerte de nuevo Pepe, cuídate mucho.
¡Soy feliz!
Di la verdad tio, al leer a la Malque...¿Cuantos orgasmos has tenido? jajaja
ResponderEliminarSalud
Hace ya casi dos años, escribiste este bello poema. En el día de mi cumpleaños precisamente. Gracias de nuevo José. (Lo tengo en mi blog espero no te moleste).
ResponderEliminarUn abrazo
Siempre tuyo
EliminarSiempre tuyo
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